info@parroquiajuanyteresadeavila.es

640236879

Sacramentos de sanación: El abrazo de dios que restaura

En el camino de la vida, todos atravesamos momentos de fragilidad, enfermedad, pecado o soledad. Pero no estamos solos. Dios, que es Padre y cuida de sus hijos, ha querido dejarnos signos visibles de su amor sanador. A través de los sacramentos de la Penitencia y de la Unción de los Enfermos, la Iglesia nos ofrece el consuelo, el perdón y la fuerza que brotan del mismo corazón de Cristo.

La Penitencia o Reconciliación: el sacramento del perdón

Este sacramento es un encuentro personal con la misericordia de Dios. En él, reconocemos nuestras faltas, pedimos perdón y acogemos el abrazo del Padre que siempre nos espera. No importa cuántas veces hayamos caído: Dios no se cansa de perdonarnos. Cada confesión es una oportunidad de empezar de nuevo.

¿Cuándo confesarse?

🕒 En nuestra parroquia, puedes confesarte habitualmente 15 minutos antes de cada celebración de la Eucaristía.
Además, si necesitas más tiempo o prefieres otro momento, no dudes en pedirlo al sacerdote. Estaremos encantados de atenderte con discreción y cercanía. Queremos que este sacramento sea un espacio de paz, no de miedo; de consuelo, no de juicio.

“No hay pecado que Dios no pueda perdonar, si encuentra un corazón arrepentido.”

La Unción de los Enfermos: fuerza y esperanza en la debilidad

La Unción de los Enfermos es un sacramento de sanación y consuelo. No está reservado únicamente al final de la vida, sino que puede recibirse en cualquier momento en que la salud esté seriamente amenazada: una enfermedad grave, una operación delicada, una situación de sufrimiento prolongado…

A través de este sacramento, Cristo mismo se hace presente para dar fortaleza, alivio interior y, si es su voluntad, salud corporal. También es un modo precioso de acompañar espiritualmente a quienes viven momentos difíciles, en cuerpo o alma.

¿Cómo solicitarlo?

📞 Si tú o algún familiar necesita recibir la Unción, puedes ponerte en contacto con la parroquia. El sacerdote acudirá al domicilio, al hospital o lo celebrará en el templo, según la situación.
También puedes pedirlo antes de una intervención médica importante o en momentos de especial debilidad.

“¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren por él y lo unjan con óleo en el nombre del Señor” (Santiago 5,14).